Podríamos definir CrossFit como una actividad físico/deportiva basada en movimientos funcionales en constante variación y ejecutados a alta intensidad.
Los movimientos funcionales son patrones universales de activación motriz, parten del centro y van hacia las extremidades e integran diferentes articulaciones y grupos musculares además de tener una trasferencia directa a las actividades que realizamos diariamente. En conclusión son movimientos naturales, efectivos y eficientes que nos permiten mover grandes cargas en largas distancias y de manera rápida.
La variación en los entrenamientos es fundamental en el CrossFit ya que buscamos alcanzar la mejor preparación psicofísica que nos permita afrontar cualquier tipo de contingencia física, tanto conocida como desconocida.
CrossFit no es un programa de fitness especializado, sino un intento deliberado por optimizar la competencia física en cada uno de los diez dominios reconocidos del fitness (resistencia cardiovascular y respiratoria, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, fortaleza, coordinación, agilidad, equilibrio y precisión).
El método de CrossFit establece una jerarquía de esfuerzo y concentración que se ordena de la siguiente forma: